lunes, enero 26

Dormida

-Te pido de favor que vacíes la memoria, Tali. La mía, la que te confesé hace rato, en la cámara.Un día verás que no son tonterías las historias de tu madre.
Mira, que allá vengo ya, cuando llegue el momento, no me sigas. Ahí me tendrás siempre en video y si no, cierra los ojos y en tus
sueños te visitaré. Ya se acerca Ramona, pero esta camina erguida y con paso firme, recuérdame así, hijo.
-¿A dónde te llevas, mamá?
-A descansar, hijo.
Las vi sonreírse mutuamente y caminaron charlando despacio, las Ramonas, era Ella, la misma, hablándose, dirigiéndose, no sé hacia dónde.
La brisa me trajo alguna frase "Es tiempo, déjame mostrarte el camino", Ella lloraba, pero no parecía triste.
No pude cumplir mi palabra, la seguí hasta donde solía ser su recámara, todo estaba ordenado como cuando vivía con mi padre. Caminé hacia el comedor y
ahí estaba Él.
-¡Papá! ¿Qué está pasando?
-Está pasando -Dijo y sonrió.
Desperté entonces, mamá, y estabas tú, y eras una, la misma, dormida.

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