La televisión no la disfruto nunca pero
la utilizo como método efectivo para que sus ruidos acompañen mi soledad. Los
ruidos externos me ponen muy nerviosa, siempre imagino que hay alguien o algo
ahí fuera que espera atacarme, y que sabe perfectamente mis horarios y mis
hábitos, por eso atacará en el momento en el que me encuentre más vulnerable.
Hace seis años tuve un ataque
nervioso a causa de esto, tenía doce años y le lloraba a mi mamá por el
teléfono rogándole que viniera a casa, que esta vez sí había alguien en la
ventana –No, no lo vi, pero puedo sentir su respiración a través de las
paredes.
Era absurdo, siempre
estaba sola. Me compró una televisión y me di cuenta que sus conversaciones
distraían mi cabeza, no me interesaba el diálogo pero sentía que me
salvaba. Además ahora tengo un celular,
así que cuando me siento muy sola hablo con mi mamá o mensajeamos un poco
mientras acaba su turno en el hospital. Me cuenta cómo ve a otras niñas como
yo, pero claro, ellas son valientes; se trasladan al hospital y se desplazan
por la calle con un sombrero grande con flores de colores. Y yo mientras me
envuelvo en las conversaciones sin sentido que el aparato me ofrece.
Pánico, dice la
pantalla, pero no importa, nunca la veo. La prendo cuando el sol ya me está dejando
por la tarde. Puedo pasar toda la mañana sola, pero la noche me aterra. El
aparato comienza a producir gritos y conversaciones que me alteran, cuando
volteo hay fuego y una figura sangrienta se desplaza con los ojos muy abiertos.
El corazón cuando se
acelera mucho a veces me duele. Ese dolor hace una presión extraña que no me
deja respirar. Mientras los ojos se me llenan de agua la respiración se vuelve
cada vez más rápida y difícil… ya sé a dónde me llevará esto.
Una palabra es todo lo
que ocupo pero mi celular no está en el cuarto, me aventuro a girar la perilla
y echar un vistazo al resto de la casa, pero no lo encuentro. Siento como el
cuerpo se estremece como si quisiera desfallecer, y cuando volteo una luz me
atrae en la ventana fuera de la casa… es mi celular -¿A mí me buscabas?.
Esto es un cuentazo!
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