miércoles, junio 3

Las tristezas más duras se llevan siempre sola
nadie sabe el lío que revuela en la mente
y puede asomarse la nubosidad pero no están cargadas de palabras
y aunque el agua fluya río abajo
no es sonoro su camino
sino solemne,
letal.
Por eso la puerta permanece cerrada,
volvemos nuevamente a la pared.
Pared, techo, piso.
Pared, pared, pared.

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