Anoche pasé por la calle que da a la
ventana de tu cuarto, ¿recuerdas que despertaste de pronto a las tres de la
madrugada? ¿Recuerdas con qué certeza tus sentidos te dictaban que alguien te
estaba observando? A veces crees que lo único que te acompaña son las voces de tu
conciencia, pero deberías ponerle más atención a las sensaciones espontáneas;
la piel erizada sin viento que lo provoque, el vacío absoluto aún en compañía
de otros, la duda repentina sobre la propia existencia, no reconocerte en el
espejo…
Cuando el silencio te
rodee, y te cubra una tiniebla extraña que sólo apreciarás tú, apareceré en la
puerta de tus ojos… Toc, toc, ¡Adivina quién te busca!...
*Estas fotos no las tomé yo
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